lunes, 22 de diciembre de 2014

Un nuevo concepto de jardín huerto (Casa y Campo)


El paisajista Martirià Figueras nos abre las puertas de su jardín. Un lugar sereno y entrañable que alberga un huerto inteligente como complemento a una imponente masía catalana.

Los grandes jardines siempre se funden con el lugar donde se enclavan. Respetan y reflejan su fisionomía, pero también generan sensaciones propias que sorprenden e ilusionan. Este proyecto es un claro ejemplo de ello. Se trata de un jardín tradicional, que sin embargo conmueve por transgresor e inesperado al incluir un huerto. La
idea surgió hace dos años, cuando los propietarios decidieron confiar la remodelación del jardín de su hogar, una masía catalana del siglo XIV, al paisajista e ingeniero agrónomo Martirià Figueras. Para no competir con la majestuosa construcción, la intervención en el entorno fue sobria, respetuosa y casi invisible. “Cuando la arquitectura se impone con tanta fuerza, hay que dejarla hablar”, asegura el paisajista. Por eso, más que transformar el lugar, se adecuó con elementos que no desviaran la atención, como los pavimentos de piedra entramados o una plantación de gramíneas, con necesidades hídricas muy bajas y floración contenida, que se funde en el terreno y dibuja una vegetación que parece haber estado desde siempre allí. “El huerto surgió para inventar una estancia especial que, aunque se integrara en el jardín, suscitara sentimientos personales y el suficiente interés para ser visitado, trabajado y querido por sí mismo”, explica Martirià.
El resultado es un huerto intelectual, con pensamiento propio. “Es un jardín de sensaciones, íntimo, con sombra, vegetación y agua en movimiento”, nos apunta el propietario mientras nos enseña unos originales bancales elevados a 60 cm. del suelo, donde él y su mujer disfrutan del placer de cultivar desde tomates auténticos a hierbas aromáticas, sin tener que agacharse. “Tener un huerto intelectual es una apuesta en la búsqueda de conocimiento de temas olvidados como el cultivo y mejora de la calidad de vida. Supone la disponibilidad de gozar de nuevos gustos y adentrarse en placeres tan simples como cultivar un tomate, recoger fresas, arrancar un ajo tierno, una cebolla o unas habitas para preparar una ensalada”,  nos confiesa. “Hay que entender este espacio como una parte más del jardín, con el mismo nivel estético y con el mismo principio de búsqueda de lugar idílico”. La disposición en cuadrícula, inspirada en el ancestral jardín cuatripartita árabe, dibuja un espacio geométrico, ordenado y cerrado donde sentirse cómodo. “Aporta paz y sosiego. Nada tan cercano al hortus conclusus, a la creación de una estancia recogida”, afirma Martirià. Las bandejas elevadas permiten un control y cuidado de las plantaciones a un nivel confortable y desahogado. Las medidas de anchura corresponden a dos brazadas florentinas, propias del jardín secreto de los Medicci, lo que equivale aproximadamente a 120 cm. Nueve bancales elevados articulan un huerto esencial pero revolucionario, donde sus propietarios, más que cultivar, coleccionan delicatessem para disfrutar de nuevo de una alimentación de calidad. Es una vuelta a la vida sencilla del campo pero desde un huerto planificado y calculado en clave de jardín para impulsar sólo el placer de ser feliz. Puro intelecto. 

















Fuente:http://casaycampo.es/ideas-para-tu-jardin/los-mejores-jardines/3493-un-nuevo-concepto-de-jardin-huerto.html

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