En este momento en el que estamos replanteando valores y enfoques más sostenibles para vivir, la elección de una vivienda prefabricada es sin duda un buen comienzo. Se construyen con sistemas que por su versatilidad se amoldan mejor a las necesidades de una familia en crecimiento, ya que permiten ampliaciones sencillas y programables. Los sistemas que se pueden elegir pueden ser total o parcialmente industrializados. En el primer grupo se encuentran las viviendas modulares y en el segundo, distintos tipos de sistemas que se ensamblan en obra.
¿Por qué no vivir en una casa prefabricada?
Actualmente, las cosas han cambiado mucho y la vivienda prefabricada ya no es, al menos para lo que nos tenían acostumbrados en España, esa solución pobre y estéticamente estigmatizada. Ahora lo que se busca es cubrir las necesidades habitacionales y estéticas de las personas empleando sistemas constructivos optimizados y cada vez más eficientes en materia energética. Por eso, la vivienda que se construye en serie, con sistemas industrializados, saca mucha ventaja a la construcción tradicional. Al ser un proceso realizado en taller, se puede llevar un control absoluto del mismo, lo que aumenta la calidad del producto. También se ajustan mejor los tiempos de producción en taller, puesto que se realiza en seco, independientemente de la climatología imperante. En total entre la producción, entrega y puesta en obra, los tiempos se reducen a la cuarta parte con respecto a una vivienda tradicional. En obra, sólo se realiza el montaje, lo que, dependiendo del tipo de sistema elegido, se puede hacer en días o en unos cuantos meses. Optimizar el material a utilizar con un producto cerrado, es otra característica que aventaja a la construcción tradicional, por lo que se consiguen precios más ajustados, que están alrededor de un 30% menos que la vivienda tradicional. Además, es una construcción más respetuosa con el entorno, que se adapta mejor a todo tipo de terrenos, por lo que se reducen los movimientos de tierra y se apunta a destrozar menos la topografía y vegetación existentes. Se reduce el polvo en suspensión, los escombros y residuos y nos permite emplear productos ecológicos, reciclados y reciclables. Por último, al tratarse de construcciones que se montan en seco hacen posible la deconstrucción. Y por tanto, el sistema se puede reutilizar total o parcialmente en otro emplazamiento.
Viviendas modulares
Se construyen en cadena de montaje. Sus medidas son fijas, aunque según marcas, la flexibilidad de acabados, tipologías y disposiciones que ofrecen, hacen que el carácter industrial del sistema tenga amplias posibilidades estéticas y de integración en el entorno. Para tener la máxima personalización en cuanto a gustos, necesidades y lo más importante, un diseño ajustado de acuerdo al clima de cada lugar, hay que estudiar detalladamente las prestaciones de los sistemas que se comercializan. El producto terminado en taller se transporta en un camión y se ubica en el emplazamiento elegido. Entre sus ventajas apuntamos que es una vivienda que se puede completar en varias fases, debido al carácter modular de los volúmenes. Su versión más elemental son los contenedores metálicos reciclados, que luego de una transformación en taller para que sean habitables, conforman conjuntos de distintas alturas que pueden alcanzar una apariencia plástica atrayente, debido a la posibilidad de colocarlos en “L”, superpuestos para que el superior vuele sobre el inferior. Por fuera se pueden revestir con placas fenólicas de alta densidad formando una fachada ventilada e interiormente con aislamiento y placas de yeso laminado. Los módulos son totalmente reutilizables, por lo que pueden trasladarse a otra parcela si decides mudarte.
Contenedores de hormigón: la empresa Compact Habit, presenta un sistema tridimensional de moldes del contenedor de hormigón, de hasta 75m2. El tamaño máximo de un módulo es de 75m2, pero se pueden conseguir unidades funcionales de mayor tamaño comunicando módulos entre sí. La flexibilidad del sistema permite ampliaciones futuras, una rápida deconstrucción y reubicación. El módulo Compact Habit es apilable, y permite cubierta plana o inclinada. Se trata de un módulo rígido con uniones elásticas, preparado para dar estabilidad global al edificio y soportar esfuerzos horizontales de viento y seísmo. Los paneles nervados verticales se traban con una losa inferior de 52mm que, controla el pandeo e incrementa la inercia térmica, característica muy a tener en cuenta de los sistemas semi-pesados. Estos contenedores disponen en España de la máxima calificación energética y se han certificado con la letra “A”. Este resultado se consigue combinando el aislamiento de los módulos y el sistema energético general del edificio. Son ideales para la vivienda de uso turístico, ya que se trata de módulos completamente acabados y equipados para funcionar.
Sistema modular y ecoeficiente: Para ejemplificar, como se concibe la fabricación de una vivienda en cadena de montaje, sirve de referencia el producto que desarrolla la empresa española Modulab, que partiendo de un enfoque sostenible y la aplicación de nuevas tecnologías, obtienen un diseño claro, esencial, actual y que además puede personalizarse, adaptándose a cada usuario y empleando materiales adecuados al medio, con un consumo energético reducido y un bajo impacto ambiental en todo el proceso. Emplean conceptos de bioconstrucción y bioclimáticos, esenciales en todo proyecto sostenible, que pretende consumir poca energía y regular de manera autosuficiente la temperatura interior. Dentro del proyecto bioclimático, se tienen en cuenta el tipo de aislamiento, el aprovechamiento de la función pasiva de la ganancia directa del calor del sol, de las brisas y la sombra. Se hace hincapié en la composición del cerramiento multicapas para mejorar el aislamiento global y se incorporan elementos de gran inercia térmica, como los suelos con masa térmica y las cubiertas ajardinadas con aljibe, que en invierno proporcionan aislamiento y en verano refrescamiento, debido a la evaporación del agua y al tanque de almacenaje subterráneo que se encuentra debajo de la vivienda. El sistema de suelo radiante que se calienta con paneles solares, en verano se refresca con el agua del aljibe. Dentro de las características de bioconstrucción, está la cuidadosa elección de materiales de bajo impacto ambiental. Por eso, apuesta por la madera al ser un material que procede de la extracción controlada y que es por tanto un recurso renovable, que una vez tratado convenientemente tiene un mantenimiento bajo. El módulo estructural básico tiene una superficie construida de 17,64 m2. Se pueden ampliar por adición, separados por pérgolas, superpuestos, yuxtapuestos, lo que permite establecer distintas configuraciones.
Suite viajera: La empresa Rusticae, adquirió en el 2011 un módulo especial de 36m2, decorado por el interiorista Tomás Alía. La idea era emplazarla en el jardín de sus hoteles por temporadas, viajando en trailer por toda la península, demostrando así que el concepto de la eco-sostenibilidad y la construcción industrializada no estaba reñida con el diseño, el confort y el encanto.
Una vivienda modular bioclimática como la de la empresa Vitaleloft cuesta alrededor de unos 960€ el m2.
Los módulos autoportantes de la empresa Modultec, se ensamblan tanto horizontal como verticalmente hasta conformar una estructura concebida como un mecano, con los interiores totalmente equipados y terminados. La estructura base de los módulos es metálica, realizada con perfiles de acero estructural y formada por módulos compuestos de base, cubierta y pilares ensamblados de fábrica. Los forjados son estructuras planas formadas por chapa colaborante sobre la que se coloca hormigón armado. Las cubiertas se pueden terminar con losa Filtrón, con cubierta verde ecológica, etc. Las fachadas se forman con paneles sándwich acabadas por fuera, en el modelo básico, con piezas de pizarra y paneles de resina termoendurecida. Por dentro se acaban con paneles de yeso laminado. Estas calidades se pueden ir cambiando según un amplio catálogo de materiales. Cuentan con 5 modelos personalizables. El de 95m2 se consigue desde 105.000€. Los módulos se deconstruyen y se pueden volver a ensamblar en otro lugar. Entre sus obras figura la vivienda prototipo Atika construida para Velux en Bilbao.
Viviendas para ensamblar
En este grupo hay un amplio abanico de posibilidades. Actualmente se compite en calidad, flexibilidad de diseño, variedad de acabados, ecoeficiencia, plazos de entrega y precios. Los componentes del sistema se basan en un concepto de capas, que se ensamblan en obra con materiales preparados en taller. El sistema de ensamblaje está formado básicamente por la estructura de soporte, los cerramientos y los acabados. Dentro de los distintos tipos de estructuras con los que se puede construir este tipo de viviendas están las de madera, las de acero y las de hormigón.
Las dos primeras son entramados compuestos por perfiles de madera laminada o de acero galvanizado. Con este material también se construye la estructura de la cubierta y los forjados. La flexibilidad que ofrece este tipo de estructuras permite ajustarse a la perfección a cualquier tipo de parcela. Por ejemplo, para bordear árboles, rocas, etc. Para los cerramientos, la elección de las distintas capas estará muy en consonancia con el grado de aislamiento térmico y acústico necesarios en cada caso. Generalmente se cierran con paneles de Viroc, OSB, contrachapados u otro tipo de paneles de fibras mejorados, con cámara entre el cerramiento exterior y el interior para colocar el aislante. Para los acabados exteriores se pueden elegir lamas de madera, revoques, vidrios, composites, etc. y para el interior placas de yeso laminado, lamas de madera o algún tipo de panel decorativo.
Una casa de madera, se integra más que ninguna otra en los espacios naturales boscosos o en las inmediaciones de un río. Si hablamos de ampliaciones y rehabilitaciones, una construcción en madera es limpia y no genera residuos. Pero sin duda, dos de las cuestiones que resultan más competitivas es el tiempo de montaje, (desde un mínimo de 120 días, una vez hecha la base) y su precio. Aunque habrá que valorar el resultado en conjunto.
En este grupo hay un amplio abanico de posibilidades. Actualmente se compite en calidad, flexibilidad de diseño, variedad de acabados, ecoeficiencia, plazos de entrega y precios. Los componentes del sistema se basan en un concepto de capas, que se ensamblan en obra con materiales preparados en taller. El sistema de ensamblaje está formado básicamente por la estructura de soporte, los cerramientos y los acabados. Dentro de los distintos tipos de estructuras con los que se puede construir este tipo de viviendas están las de madera, las de acero y las de hormigón.
Las dos primeras son entramados compuestos por perfiles de madera laminada o de acero galvanizado. Con este material también se construye la estructura de la cubierta y los forjados. La flexibilidad que ofrece este tipo de estructuras permite ajustarse a la perfección a cualquier tipo de parcela. Por ejemplo, para bordear árboles, rocas, etc. Para los cerramientos, la elección de las distintas capas estará muy en consonancia con el grado de aislamiento térmico y acústico necesarios en cada caso. Generalmente se cierran con paneles de Viroc, OSB, contrachapados u otro tipo de paneles de fibras mejorados, con cámara entre el cerramiento exterior y el interior para colocar el aislante. Para los acabados exteriores se pueden elegir lamas de madera, revoques, vidrios, composites, etc. y para el interior placas de yeso laminado, lamas de madera o algún tipo de panel decorativo.
Una casa de madera, se integra más que ninguna otra en los espacios naturales boscosos o en las inmediaciones de un río. Si hablamos de ampliaciones y rehabilitaciones, una construcción en madera es limpia y no genera residuos. Pero sin duda, dos de las cuestiones que resultan más competitivas es el tiempo de montaje, (desde un mínimo de 120 días, una vez hecha la base) y su precio. Aunque habrá que valorar el resultado en conjunto.
Las casas de hormigón prefabricado son una variante del tipo de construcción modular, resistente, rápida, segura y duradera. La base la forman los paneles de hormigón prefabricado que se ensamblan en obra junto con los forjados de placas alveolares pretensadas. La rapidez de este sistema radica en que los paneles de fachada también hacen de estructura, al igual que las placas alveolares de los techos, que permiten hasta 9 m de luz libre. Según los modelos se completan con pilares y jácenas del mismo material. El hormigón puede quedar visto o servir de base para una nueva capa de acabado. La empresa Hormipresa, por ejemplo, da la opción de que las fachadas queden vistas, mediante un cuidado hormigón arquitectónico blanco o pigmentado, que no necesita mantenimiento. Los paneles tienes un espesor de 25 cm y están formados por un sándwich con aislante incorporado y un sistema de contorno especial, para que la unión sea hiperestática en los colaterales y en los techos alveolares. Esta empresa tiene líneas estándar con 20 variantes de distribución o modelos personalizados. El precio orientativo de una casa de 109 m2 de una planta es de 125.000€ (para el equipamiento de cocinas y baños, acabados interiores e instalaciones se emplean marcas de gama alta). El tiempo máximo de construcción es de 5 meses. Dentro de la gama económica de esta empresa, está el modelo Icon, que puede construirse en menos de un mes. La casa ICON se fabrica industrialmente, incluso antes del permiso de obras. Consta de segmentos enteros de espacios acabados. El suelo, las paredes y los techos constituyen una sola unidad, lo que permite conseguir un tiempo y un coste de producción sumamente reducidos.
¿Qué requisitos se necesitan?
Los pasos previos no difieren demasiado de los que hay que hacer para una vivienda de construcción convencional.
La parcela tiene que ser edificable, lo mismo que si se tratara de una casa convencional. Las casas prefabricadas dependen menos de las condiciones topográficas del terreno. Es más, hasta puede ser una ventaja que el terreno esté en pendiente, pues además de no alterar su silueta natural, estaríamos contribuyendo con un diseño más adaptado al entorno, en síntesis más natural y orgánico. Si el terreno tiene árboles cercanos a la casa, al ser una construcción seca, afectan menos a la estructura, incluso es una oportunidad para jugar con el diseño de la casa de una manera más caprichosa, para que algún árbol pueda quedar contenido dentro del volumen, por ejemplo, en un patio interior o en un porche retranqueado.
Los pasos previos no difieren demasiado de los que hay que hacer para una vivienda de construcción convencional.
La parcela tiene que ser edificable, lo mismo que si se tratara de una casa convencional. Las casas prefabricadas dependen menos de las condiciones topográficas del terreno. Es más, hasta puede ser una ventaja que el terreno esté en pendiente, pues además de no alterar su silueta natural, estaríamos contribuyendo con un diseño más adaptado al entorno, en síntesis más natural y orgánico. Si el terreno tiene árboles cercanos a la casa, al ser una construcción seca, afectan menos a la estructura, incluso es una oportunidad para jugar con el diseño de la casa de una manera más caprichosa, para que algún árbol pueda quedar contenido dentro del volumen, por ejemplo, en un patio interior o en un porche retranqueado.
Las casas prefabricadas modulares son bienes muebles siempre y cuando puedan trasladarse fácilmente de un lugar a otro, manteniendo su integridad. De todas formas conviene consultar en el Ayuntamiento cual es el tratamiento que se tiene al respecto de este tipo de viviendas.
Las casas de montaje”in situ”, se consideran casi siempre bienes inmuebles. Por lo que tendrán que ajustarse a las normativas urbanísticas municipales, siendo necesario cumplir todo lo especificado por ejemplo, en cuanto a superficie de ocupación, retiros a lindes, alturas sobre y bajo rasantes. Toda esta documentación irá recogida en un proyecto de ejecución material, acompañado de sus respectivos visados en los colegios profesionales de arquitectos y de arquitectos técnicos, así como de un informe geotécnico y topográfico del terreno. Muchas empresas facilitan al comprador todos éstos trámites técnicos y administrativos, por lo que el usuario sólo tiene que solicitar la licencia en el ayuntamiento. Conviene en este sentido, no empezar nada antes de estar seguros de que no nos van a poner algún impedimento para llevar a cabo la construcción.
Toda casa prefabricada modular o de ensamblaje será considerada en principio como bien inmueble, si se le da el mismo tratamiento que a una casa de construcción convencional.
La cimentación puede ser superficial, profunda, o recuperable (compuestas por vigas de cimentación y riostras prefabricadas con uniones atornilladas y protegidas, que facilitan la recuperación al 100% de la cimentación en el caso de tener que desmontar el edificio). Se proyecta según el tipo de terreno que sea y a la construcción elegida: cimentación de zapatas corridas, losa de cimentación, zapatas aisladas, forjado sanitario, losa+ sótano o + planta baja, zapatas prefabricadas superficiales, etc. Si tu terreno es topográficamente irregular y tiene desniveles acusados, mediante el estudio de una plataforma de asiento adecuada, se puede crear por ejemplo, una base volada, más respetuosa con el terreno y en el que la construcción prefabricada tendrá un papel colaborante y dúctil.
Las casas de montaje”in situ”, se consideran casi siempre bienes inmuebles. Por lo que tendrán que ajustarse a las normativas urbanísticas municipales, siendo necesario cumplir todo lo especificado por ejemplo, en cuanto a superficie de ocupación, retiros a lindes, alturas sobre y bajo rasantes. Toda esta documentación irá recogida en un proyecto de ejecución material, acompañado de sus respectivos visados en los colegios profesionales de arquitectos y de arquitectos técnicos, así como de un informe geotécnico y topográfico del terreno. Muchas empresas facilitan al comprador todos éstos trámites técnicos y administrativos, por lo que el usuario sólo tiene que solicitar la licencia en el ayuntamiento. Conviene en este sentido, no empezar nada antes de estar seguros de que no nos van a poner algún impedimento para llevar a cabo la construcción.
Toda casa prefabricada modular o de ensamblaje será considerada en principio como bien inmueble, si se le da el mismo tratamiento que a una casa de construcción convencional.
La cimentación puede ser superficial, profunda, o recuperable (compuestas por vigas de cimentación y riostras prefabricadas con uniones atornilladas y protegidas, que facilitan la recuperación al 100% de la cimentación en el caso de tener que desmontar el edificio). Se proyecta según el tipo de terreno que sea y a la construcción elegida: cimentación de zapatas corridas, losa de cimentación, zapatas aisladas, forjado sanitario, losa+ sótano o + planta baja, zapatas prefabricadas superficiales, etc. Si tu terreno es topográficamente irregular y tiene desniveles acusados, mediante el estudio de una plataforma de asiento adecuada, se puede crear por ejemplo, una base volada, más respetuosa con el terreno y en el que la construcción prefabricada tendrá un papel colaborante y dúctil.
Otra partida preparada previamente son las acometidas para todas las instalaciones.
Con todo, a la hora de decidirte por una casa prefabricada, hay que hacer un estudio del mercado, comparar sistemas constructivos y precios, averiguar sobre los tiempos de entrega, la mano de obra que se encargará del montaje, revestimientos y aislamientos que pueden interesarnos, que posibilidades reales hay de que hagamos un proyecto personalizado, etc..
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